En Santana Jerez apostamos por la digitalización de tu negocio, por eso, queremos transformar tu oficina en un lugar con la máxima rentabilidad y con un incremento de los beneficios. Vivimos inmersos en una revolución tecnológica que ha puesto de moda la firma electrónica y la firma digital por eso hoy queremos contaros cuáles son sus características y diferencias.
Con la llegada de Internet hemos ido modificando los hábitos del día a día, entre ellos, la forma en que firmamos. Antes, lo habitual era firmar sobre papel. Sin embargo ahora, lo más práctico es utilizar la firma digital o biométrica. ¿Por qué? Pues bien, porque es una forma de agilizar los trámites y digitalizar los procesos.
La firma electrónica más sencilla es aquella en la que hay una cierta identificación del firmante pero sin el resto de garantías sin embargo, la avanzada es la que puede garantizar la integridad del contenido firmado. En este caso hablamos de la firma biométrica, aquella que no ha sufrido ningún tipo de alteración o variación desde el momento en que se firmó.
Diferencias entre firma biométrica y firma digital
Aunque pueda parecer a primera vista que la firma biométrica y la firma digital parezcan conceptos similares y sean para muchos considerados como sinónimos, la verdad es que se tratan dos conceptos totalmente distintos y que es muy importante diferenciar.
La firma biométrica permite detectar a mayores de la grafía los rasgos biométricos que vinculan de forma única al firmante. Destacan por ejemplo: la velocidad y aceleración a la hora de escribir, así como, la presión ejercida en la firma y las inflexiones o cambios de dirección de ésta.
El beneficio de esta firma frente a la digital es que es mucho más segura, ya que permite prevenir a las empresas una posible suplantación de identidad del firmante en los documentos. A nivel legal, la firma biométrica tiene total validez.
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